Hay muchas cosas
de las que no se hablan. Porque incomodan. De alguna manera u otra nos quitan
el poder y nos reducen de tamaño. O peor aun nos avergüenzan. Así como algunos
tabúes sociales, los que más abundan al no haber sido capaces de responder, de lidiar
con la situación… entonces se torna tabú. Al no haber evolucionado de manera
tal de resolver las cosas de manera puntual y efectiva. No hemos sabido estabilizarnos
en paz en un mundo que nos va absorbiendo entre millones de millones de
personas, que poseen y manejan una sobredosis de información absurda. Por su
inestabilidad. Se siente entonces una necesidad de abrirnos cada vez más, y
salir corriendo hasta encaramarnos. El tema más tabú de todos… este mundo se está acabando… o mejor dicho, estamos acabando con el mundo.
¿Cómo se vive
entonces con eso? como se duerme con esa noción? Seria inútil tratar de desprenderse por unas horas e ignorar
el hecho que somos todos criminales. Seria imposible intentar poner la mente en
blanco para poder descansar. Ni despertarse en las mañanas con el pie derecho y
decretarle al universo que todo estará bien, que será un buen dia. Si tuviéramos
consciencia de ello realmente, quizás nos fuese imposible vivir. Si supiéramos
que dia a dia nos vamos desprendiendo del concepto de vida porque no la
apreciamos, en vez de desprendernos simplemente al saber que hemos vivido y
naturalmente ella se va, como se va la primavera cuando llega el verano. Así de
simple, así de bonito.
En cambio nos
adormecemos la mente, la psiquis. Siendo más inteligentes que nadie nos cegamos
al mundo porque somos demasiado poderosos. En vez de querer a la tierra como
nuestra propia madre, porque lo es; le gritamos, le pegamos, la quemamos, la
ignoramos. Le faltamos respeto así no mas. Pero lo sabemos muchas veces de
manera subconsciente y nos pesa. Por esa razón es un tema tabú. El hecho que
nos estamos destruyendo poco a poco es un tema tabú… aquí, allá y en todas
partes del planeta tierra.
Y sufrimos por
ello y vivimos con miedo al vernos protagonistas. No actores individuales sino
mas bien un elenco. Aun así, si la guerra no llega a tu suelo la sentimos ajena.
Sin embargo la sufrimos todos porque quiere decir que es real. Que si la viven
esos que vemos en la TV y los héroes de guerra… entonces si existe. Y podría
estallar en cualquier lugar del mundo, porque desafortunadamente somos de la
misma raza: guerrilleros, ricos, pobres, terroristas y presidentes. Todos
tenemos la misma vaina, el mismo cuerpo, la misma mente, el mismo corazón. Y
unos porque hacen las cosas y las provocan, pero los otros porque no hacen
nada. Porque es un tema tabú. Y se adormece la mente como después de un trauma
y se hace difícil procesar información. La energía que se emplea en el acto de
resistir impide que veamos el paisaje claramente, y que juzguemos por primera
vez en la vida de manera realmente humana.
Quizás es crear
consciencia de que es un tema tabú. Que el odio que le hemos ido cosechando a
todo le esta ganando al amor. Que nos esta venciendo en algunas cosas. Es
aceptarlo como un adicto que solo después de reconocer que bebe comienza el
proceso de sanación. Poco a poco. Así como deberíamos empezar a cambiar la
consciencia y comenzar a crear silencios. Silencios donde puedan oírse las olas
del mar, los soplos del viento. Momentos de paz que realmente nos permitan
hablar con las flores y reír entre ríos de montaña. Y preguntar en ese silencio
«que carajo nos pasa?» y escuchar sus respuestas atentamente. Muchas veces en
formas distintas… en unos ojos que piden perdón. En un favor recibido, y en
otro dado. En una sonrisa. En un viaje por las montañas del Perú… o en los
Alpes Suizos. Y en la madre más bella de todas que nos contiene juntos
concentrados en un mismo abrazo… por alguna razón tiene que ser.
Nature shows that with the growth of intelligence
comes increased capacity for pain, and it is only with the highest degree of
intelligence that suffering reaches its supreme point. – Arthur Schopenhauer