domingo, 11 de marzo de 2012

Flying Solo


Otra de las partes animales que tenemos es la soledad, o la capacidad de estarlo. Nos vamos yendo poco a poco, nos vamos despidiendo siempre y en todo sentido. Porque muchas cosas se hacen solo como la creación, como el sueño, como la muerte. No hay nadie que nos pueda ayudar, mucho menos participar. Son cosas tan nuestras que no podrían nunca ser de dos. Y aunque el amor sea absurdo, y las ganas capaces de hacer daño, hay cosas que se hacen solo. En una gama de tamaños desde la creación del mundo, hasta el sueño mas bonito antes de volver a la vida. Hay cosas que se hacen solo porque son así. Porque somos capaces de hacerlo sin necesidad de mas. Como tener ideas y ponerlas en papel, para luego materializarlas en solitario. Como la inspiración divina que insiste en aparecer en el silencio de la noche. A esa hora cuando nadie está, cuando nada se escucha.  Luz del mundo que llega volando sola.

Sin embargo nos da por huirle. Por hacer ruido en todas partes y buscarlo cuando se empieza a apagar. Nos da por comunicarnos constantemente temiendo a que un dia no lo hagamos más y por otras razones. Y hablamos de más. Sabiendo que algun dia llegará el momento de estar en solo para siempre, y por esa razon buscamos evitarlo en lugar de aceptarlo. De verlo como normal, como una condición estrictamente necesaria para saber realmente quien somos, y así poder escucharnos. Sabiendo de esa manera que queremos en esta vida, y entender para que somos buenos, descubrir nuestro talento. Necesitamos silencio. Todos los días y muchas veces. Para recogernos, para cargarnos, para poder funcionar como realmente es.

Se llega a Nueva York y la mágica ciudad comienza a asomarse tras la ventana del auto, al pasar del puente. Y en vez de bajar el vidrio y contemplar, hay una TV en el taxi que escupe información, y nos olvidamos de tragar el viento. Nos olvidamos del silencio que tiene la ciudad cuando se ve de lejos. Cuando inspira historias que se crean en soledad para luego vivirlas mas tardesita. Quizá entonces en el campo se pueda vivir, se pueda apreciar. Creyendo que el silencio esta únicamente en el no hablar de las cosas. Sabiendo que tal vez al irnos lejos lo obliguemos a hablar aunque haga daño. Aunque nos conozca mas que nosotros mismos, aunque tenga la razón. Hay que escucharlo. Hay que abrirle espacios en cada madrugada y antes de dormir por las noches. Hay que rendirle culto. Hay que explicarle que hay momentos que le perteneces y que te lo haga saber. Que te acompañe en ellos a ser tu fuerte también, tan fuerte como lo es él. El silencio.

Esos momentos que nos transportamos de un lugar a otro podrían ser de silencio. Podrían ser de crear cosas o reflexionar. Podrían ser de admirar el paisaje, de ver a la gente a los ojos y entender a través de una sonrisa la clase de día que han llevado. Podrían servir para crecer como cuando se era niño y se pasaban las tardes persiguiendo nubes, mirando directo al sol,  y no hacía falta videojuegos. O entre los árboles del monte o montando bicicleta. ¿Qué tan libre se sentía? que distintos eran los ruidos por venir del mar o de la montaña.  Y uno se perdía por horas sin preocupar a papá porque de todos modos no había como llamar, como seguirte, como ubicarte en el mapa de una pantalla del tamaño de la palma de la mano.

Y queriendo siempre no estar solos nos hemos vuelto mas solos que nunca. Buscando ruidos por todas partes, queriendo entretenernos a todo costa y todo el tiempo. Queriendo evitar los silencios. Como si no fueran nuestros. Como si le pertenecieran a alguien mas que es distinto pero no lo es. Alejándonos de la verdad constantemente. Queriendo evitar de esa manera y a toda cuestas el silencio que puede también llegar a parecerse al canto eterno de la muerte. Dando vueltas sobre un mismo eje, borrachos. Como un ciclo vicioso en el que eres adicto a una cantidad de estimulo que nos esta llevando a cambiar de raza, a ser menos humanos.



The quieter you become, the more you can hear.
Baba Ram Das


lunes, 30 de enero de 2012

Tema Tabú


Hay muchas cosas de las que no se hablan. Porque incomodan. De alguna manera u otra nos quitan el poder y nos reducen de tamaño. O peor aun nos avergüenzan. Así como algunos tabúes sociales, los que más abundan al no haber sido capaces de responder, de lidiar con la situación… entonces se torna tabú. Al no haber evolucionado de manera tal de resolver las cosas de manera puntual y efectiva. No hemos sabido estabilizarnos en paz en un mundo que nos va absorbiendo entre millones de millones de personas, que poseen y manejan una sobredosis de información absurda. Por su inestabilidad. Se siente entonces una necesidad de abrirnos cada vez más, y salir corriendo hasta encaramarnos. El tema más tabú de todos… este mundo se está acabando… o mejor dicho, estamos acabando con el mundo.

¿Cómo se vive entonces con eso? como se duerme con esa noción?  Seria inútil tratar de desprenderse por unas horas e ignorar el hecho que somos todos criminales. Seria imposible intentar poner la mente en blanco para poder descansar. Ni despertarse en las mañanas con el pie derecho y decretarle al universo que todo estará bien, que será un buen dia. Si tuviéramos consciencia de ello realmente, quizás nos fuese imposible vivir. Si supiéramos que dia a dia nos vamos desprendiendo del concepto de vida porque no la apreciamos, en vez de desprendernos simplemente al saber que hemos vivido y naturalmente ella se va, como se va la primavera cuando llega el verano. Así de simple, así de bonito.

En cambio nos adormecemos la mente, la psiquis. Siendo más inteligentes que nadie nos cegamos al mundo porque somos demasiado poderosos. En vez de querer a la tierra como nuestra propia madre, porque lo es; le gritamos, le pegamos, la quemamos, la ignoramos. Le faltamos respeto así no mas. Pero lo sabemos muchas veces de manera subconsciente y nos pesa. Por esa razón es un tema tabú. El hecho que nos estamos destruyendo poco a poco es un tema tabú… aquí, allá y en todas partes del planeta tierra.

Y sufrimos por ello y vivimos con miedo al vernos protagonistas. No actores individuales sino mas bien un elenco. Aun así, si la guerra no llega a tu suelo la sentimos ajena. Sin embargo la sufrimos todos porque quiere decir que es real. Que si la viven esos que vemos en la TV y los héroes de guerra… entonces si existe. Y podría estallar en cualquier lugar del mundo, porque desafortunadamente somos de la misma raza: guerrilleros, ricos, pobres, terroristas y presidentes. Todos tenemos la misma vaina, el mismo cuerpo, la misma mente, el mismo corazón. Y unos porque hacen las cosas y las provocan, pero los otros porque no hacen nada. Porque es un tema tabú. Y se adormece la mente como después de un trauma y se hace difícil procesar información. La energía que se emplea en el acto de resistir impide que veamos el paisaje claramente, y que juzguemos por primera vez en la vida de manera realmente humana.

Quizás es crear consciencia de que es un tema tabú. Que el odio que le hemos ido cosechando a todo le esta ganando al amor. Que nos esta venciendo en algunas cosas. Es aceptarlo como un adicto que solo después de reconocer que bebe comienza el proceso de sanación. Poco a poco. Así como deberíamos empezar a cambiar la consciencia y comenzar a crear silencios. Silencios donde puedan oírse las olas del mar, los soplos del viento. Momentos de paz que realmente nos permitan hablar con las flores y reír entre ríos de montaña. Y preguntar en ese silencio «que carajo nos pasa?» y escuchar sus respuestas atentamente. Muchas veces en formas distintas… en unos ojos que piden perdón. En un favor recibido, y en otro dado. En una sonrisa. En un viaje por las montañas del Perú… o en los Alpes Suizos. Y en la madre más bella de todas que nos contiene juntos concentrados en un mismo abrazo… por alguna razón tiene que ser.


Nature shows that with the growth of intelligence comes increased capacity for pain, and it is only with the highest degree of intelligence that suffering reaches its supreme point. – Arthur Schopenhauer


jueves, 19 de enero de 2012

R.I.P

Las malas noticias son terribles. Como un huracán en el medio de la nada sin poder resguardarse, sin refugio. Y siempre vienen. Tarde o temprano por mas preparado que uno esté, siempre te tocan la puerta. Por mas afín que uno esté con la vida, por mas vidente que uno sea, por mas cum laude en el tema espiritual. Siempre vienen como un balde de agua fría. Literalmente. Una cachetada a la cara con mano abierta y te calienta la piel. Te desvela, te rompe, te vuelve así pequeñito, inexistente para el mundo y para todo aquello que tanto creías. Como volver atrás. Como saber que para esos momentos te has venido preparando desde hacía rato y ahora no entiendes realmente para qué. Tanta preparación, tanta experiencia, si igual te agarra, y tiene el poder de asfixiarte con sus dos manos. Si igual te agarra desprevenido. Si igual te toca, te carga, te zarandea, si tiene el poder de inestabilizarte, de destruirte, de aniquilarte. Desafortunadamente así son. Así son casi todas.. las malas noticias.

Y las hay por todos lados, y hay más de una para cada quien. Las hay por doquier. No hay que comprarlas, ni hay que ser rico ni pobre para tener mas o menos. La misma cantidad. No se al final si seria mejor nunca dejar de entrenarse en la carrera que es la vida, o mas bien ser inútil, ignorante y necio ante lo que puede pasar. No se siquiera si es posible entrenarse para la muerte de algún familiar. Inesperada. ¿Son realmente efectivos los años de estudio, de rezos, de retiro y meditación? Cuando te arrancan la vida de un solo golpe y hay que vivir con ello. Al parecer eso es lo que hay, no hay de otra en este juego de la vida. No hay comodín. No hay un valor en X en esta ecuación que llamamos vivir. Un dulce baile entre respiro y latido donde toda canción tienen un final. Un misterio maravilloso como la vida misma que la parió. Porque sin muerte no existiera la vida, ni días de sol y cielos azules sin las tormentas que vienen y van.

Tan familiar se nos hace el decir adiós porque solemos hacerlo a diario. De hecho es una de las primeras cosas que se nos enseña cuando somos bebés «dile chao», con voz de mamá. Sin embargo no se aprende a decir ese ultimo adiós entre tantos adioses. No se digiere realmente con cada uno que pudiera ser ultimo alguna vez. Por muerte o distancia hay siempre un ultimo adiós. Un adiós para el que no nos entrenaron jamás. Por ello es mejor ni pensarlo, ni dar tiempo para entenderlo sino mas bien aceptarlo. Saber que la vida va mucho mas allá y que todos tenemos finales distintos porque a cada quien le dieron sus cartas. Saber que si alguien se retira del juego sigue el tiempo reglamentario y hay que seguir jugando. Hay que aprender a vivir sin los nuestros. Hay que tener la carta de la esperanza y saber jugarla. Hay que seguir adelante, hay que seguir amando todo lo que aun está. Hay que seguir creyendo por sobre todas las cosas. Hay que evitar a toda cuestas ser uno el que dice ese adiós porque se nos fue el alma prendada de aquel que se fue  porque se ha perdido la fe. Esa ultima vez.


One day your life will flash before your eyes. Make sure its worth watching. 
Unknown source





domingo, 8 de enero de 2012

All or nothing

Los verdaderos alpinistas tienen su propio vocabulario, así como lo tienen otras disciplinas en la vida. Sin embargo ellos llaman "the grip¨ o ¨feeling the grip" a ese preciso momento en el que no saben donde colocar el próximo pie, o la próxima mano… ese momento de absoluto desconcierto, de absoluta presencia. Un verdadero cocktail de miedo y frustración. Ese momento tan particular para aquellos que se arriesgan en la extremidad de las montañas más peligrosas del mundo, puede también relacionarse a la vida de cada quien, de los más cobardes y más comunes seres que habitan el planeta tierra. Es que al parecer, aquellos que toman los mayores riesgos pareciera que vinieran con una anatomía distinta. Otra manera de juntar y conectar los cables del cerebro, y así alterar la sinapsis que ocurre cada vez que se piensa, cada vez que se toma una decisión… y por supuesto, en cada momento que ponemos algo en riesgo, desde la mundana reputación hasta el propio pellejo.

Resulta ser que para aquellos alpinistas que tienen prácticamente toda la vida en eso, les resulta mucho más sencillo, digamos habitual, el tomar decisiones tan arriesgadas como «donde colocar el próximo pie». Para ellos es definitivamente una decisión de vida o muerte, como lo seria para cualquier otro mortal, simplemente alguien que no está preparado para ello, no se coloca en esa situación. Sin embargo todos somos iguales, y todos nacimos con ese ¨músculo del riesgo¨ impregnado en el cromosoma, con ese poder de fortalecerlo de alguna manera que nos habituemos poco a poco a tomar decisiones de riesgo comenzando por las más pequeñas hasta que prácticamente se nos congele el corazón, capaces de todo, ajenos a nuestra propia naturaleza. Como dicen un dicho ¨if you don´t use it, you lose it¨… se debilita, se atrofia. ¿Es acaso el riesgo algo que podemos entonces fortalecer con los años? ¿Con la practica, con las propias decisiones que tomamos dia tras dia?

Una cosa si es cierta que para el riesgo nunca es tarde, sobretodo cuando trata de decisiones personales en la vida de cada quien que hasta el momento siempre habían sido detonantes de miedo, de rechazo, de temor a las consecuencias. A no poder llevarlas a cabo como renunciar al trabajo, el decir ¨te amo¨ viendo a los ojos, o quizás lo contrario… el sincerarse con alguien cuando se ha perdido el amor. Dejar ir. El cambiar de ciudad, de preferencia sexual, de pareja. El querer ser artista en vez de economista, y músico en lugar de profesor. ¡Lanzarse al agua! Habituarse de esa manera y poco a poco a un ambiente fuera de confort. Uno que anteriormente estaba vetado por la angustia que acompaña los episodios de miedo. Irse acostumbrando poco a poco a ser quien uno es realmente, y la parte más difícil de todas, demostrárselo al resto del mundo a medida que nos vamos acoplando, Es un proceso, así como todo en la vida. Pero además de eso, es un gran riesgo que vale la pena tomar.



"A man would do nothing, if he waited until he could do it so well that no one would find fault with what he has done."
— Cardinal Newman
British Preacher (1801-1890)


domingo, 25 de diciembre de 2011

Epifanía

Veamos la inspiración realmente como un rayo de luz denso y pesado. Que viene de allá arriba, de las estrellas, de algún lugar misterioso que no conocemos. Pensemos que sí, que es posible. Que viene en línea recta hasta el tercer ojo, completamente premeditado, estudiado minuciosamente. Directo a ese punto medio entre las dos cejas, receptor inmaculado de grandes ideas. Transformador de locuras. Origen de pensamientos ilustres. Como una inspiración divina que realmente baja del cielo en una especie de rayo solar. Que te calienta, que te desvela por las noches, que te sopla al oído la formula secreta del éxito. La llave maestra que abre las puertas del corazón y lo enchufa de manera inmediata hasta ese punto. Línea recta entre la mente y el corazón.

No lo imaginemos siquiera, hagámoslo real. No seamos conformes transándonos con ejemplos de aquellos que vinieron primero, otras generaciones. No veamos gráficos que muestran como debería ser, mas bien comprobémoslo cierto. Que no nos baste observar un dibujo a colores con esa línea de luz que viene del cielo e ilumina de manera mística las mentes humanas. Subamos la mirada mas bien y cerremos los ojos. Pongamos los pies sobre la tierra y sintamos de esa manera como nos crecen raíces de esas semillas que hemos venido plantando al andar. Sintamos como se enredan poco a poco a nuestros pies. Una madre distinta que se siente viva entre los dedos del pie, por las piernas, las caderas. Sintámonos parte de ella y seguros sobre su terreno. Protegidos tras su manto.

Creamos también que es posible volar aun con los pies sobre ella. Al parecer es la única forma de hacerlo sin perderse para siempre entre las nubes. La única forma de vivirlo y recordarlo para después contarlo, pensando siempre en futuras generaciones que les debemos un ejemplo. Sugerir. Demostrarles que no basta con imaginarse las cosas sino convencerse uno mismo que son posibles. Pedirle al cielo por esa inspiración divina que te parte la frente en dos mitades a través de su rayo de luz. Sintiendo un calor etéreo en los temporales, la quijada, el cuello, llegando al corazón en un corto circuito. Conectemos estos dos puntos mágicos con el fin de crear pero seamos ingenuos a la hora de hacerlo, inocentes como niños que todo lo creen posible. Soñemos que aquello que soñamos se hace realidad allí mismo en la mitad de nuestro sueño.



¡Merry Christmas!

sábado, 10 de diciembre de 2011

Extranjera

No ahora resulta que mi casa tampoco es segura. Ese pedacito de mi, que tiene mi olor, que planifiqué con detalle y pacientemente para que todo fuese perfecto. Ese escondite divino que tiene silencio y que por sobretodas las cosas, te contiene a ti. Ahora parece que tampoco es seguro. Estar contigo, hacerte el amor bajo ese techo parece que no es seguro tampoco. Acaso y dígame alguien ¿Qué es lo que es seguro en este país? ¿Dónde puedo estar tranquila fumándome un cigarro? o bailando sobre las acera de mi calle mientras espero que se llene la luna ¿A dónde puedo ir con los ojos cerrados, con las ventanas abiertas? ¿qué lugar me recomiendas que vaya? donde pueda ser yo, donde pueda ser libre...


No puedo borrar mis memorias, esos tiempos que eran así… libres. Como los pájaros que se arriman a la montaña cuando comienza a caer el sol. Libre para buscarte por la ciudad, divagando sus calles, dibujando tu sonrisa en la pared.  Un aire que olía a chamo, que sabia a cerveza tomada desde tu boca. Todavía. Ahora parece que nada de eso es seguro. Que manejar por sus calles es coquetear con la muerte. Que te llevan sin pensarlo y en un par de segundos te cambian el rumbo y para siempre. Borran las líneas de tu destino allí mismo sobre un pedazo de tierra que solía tener recuerdos bonitos. Como el primer amor. Manejando a ratos sin mirar el reloj. Persiguiendo el sol por las tardes a toda mecha en la cota mil. Llamando a la luna. Diosa bendita que siempre ee esconde tras la montaña. Nada de eso es seguro tampoco.


Cantar por las noches, andar en carro sin rumbo fijo con vidrios abajo, con aire fresco sobre la cara en una noche que huele a sorpresa. Fumar a dos manos. No tener que rezar porque todo se manifiesta sin haberlo pedido. Como una tarde rosada de escasa tarea, o una noches ilustre, desprevenida, mas bien improvisada. Terminar con los dedos metidos entre la arena aun con el traje de fiesta. Al parecer, nada de eso seguro no mas. ¿En que sitio me puedo calmar? ¿en que espacio me recojo si ya nada es mío?... ni tu tampoco. Si mi propio hogar no me pertenece, ya no tengo autoridad. Si me acuesto cansada y no puedo dormir de pavor porque nadie me protege. Ni mi Dios, ni el tuyo, ni la ley del estado, ni un tratado formal. ¿Cómo vivo? ¿Cómo puedo ser normal? ¿Cómo no ser quien soy, ni pensar como pienso?  Como no portar un pasaporte ajeno, como no ser de otro país.



Liberty is the right to choose, freedom is the result of that choice. –Unknown source


lunes, 28 de noviembre de 2011

Oído al tambor

Segundo a segundo, minuto a minuto todo tiene su razón de ser, todo tiene su tiempo. De no ser así, nada tuviese sentido. Porque hay cosas que se anhelan con el corazón sediento, sincero, carente de engaños, y aun así, no se manifiestan; y seguimos rezándole a un Dios que jamás hemos visto, y que en ocasiones parece estar bastante ocupado escupiendo nubes o surfeando puestas de sol. Sin embargo, no nos rendimos, y seguimos creyendo que algún día, aunque sea lejano, será uno de gloria, lleno de dicha, porque habremos triunfado, y aunque aquellos deseos que una vez ocuparon los espacios del alma, no se hayan manifestado de la manera como más queríamos, habremos comprendido que no siempre se trata de ganar, ni de ser el rey o la reina, sino mas bien de aprender lecciones mucho más valiosas. Otras cosas que nos harán más fuertes, distintos al resto. Inmunes ante los baches en el terreno de la vida.

No es sencillo claro que no. Muchas veces las palabras más simples, las más familiares, son los conceptos más difíciles de aplicar en la vida misma. Como si las enseñanzas más importantes fuesen las que más escuchamos, pero por alguna razón, ya no se si divina, son las que más rápido se olvidan, muchas veces por amor. No obstante tenia que ser así. No habría otra manera, porque de haberla habido se hubiese llevado a cabo. No me canso de decir siempre: lo mejor es lo que pasa. Y aunque el día este soleado y no hayan ganas de salir, es importante saber el porque de las cosas, de los sentimientos que nos abordan, que nos amargan en ocasiones, y recordar por sobretodas las cosas: que son temporales. Que como decía la abuela, o el tío del primo de aquel: no hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Pero hay que creerlo en compañía de un deseo nato de querer que las cosas cambien. Un anhelo de superarse, de salir a la calle y beber de nuevo el perfume de las flores, dejando atrás esos días en la oscuridad del fondo, sabiendo que mientras mas hondo se está, irónicamente más cerca se esta de la gloria.

Y es que aquel que no sufre no vive. Como una multa que se le pone a todo ser viviente por el simple hecho de vivir. Y se van acumulando, y se van pagando poco a poco, y mientras mas tengamos metidas en la guantera, quizás mas arrugas nos borden los ojos, y cada una de ellas represente un amor, o una tortura, o una mano que se estiró sin pensarlo y se quedó allí prendada en las aceras del corazón. Así es la vida de a poquito. De a bocados pequeños para no atragantarnos porque es tan dulce que puede fácilmente empalagar y tornarse amarga con el tiempo. Pero mientras más dulce sin duda alguna más apetitosa. Por ello no se puede dejar de ser niño, de endulzarnos la vida por temor a perder, o a que se nos rompa el corazón en mil pedazos. Porque si existe la propiedad de estar en mil pedazos es porque quizás así tenga que estar aunque sea una vez en la vida, para poder enmendarse de nuevo en uno mas grande, mas vivo, amante eterno de la vida y del amor. Órgano inmortal.


"Twenty years from now you will be more disappointed by the things you didn't do than by the ones you did. So throw off the bowlines, sail away from the safe harbor, catch the trade winds in your sails. Explore. Dream. Discover."
~ Mark Twain

viernes, 18 de noviembre de 2011

MARALA


MARALA
(novela ficción)


A la venta ya en Librería Kalathos (Los Galpones de Los Chorros), Entrelibros (Los Palos Grandes), El Buscón (Centro Cultural Trasnocho)
Próximamente en Miami y Bogotá!






Autor: Manuela Fonseca
Grupo Editorial: Taller de Edición Rocca. Bogotá, Colombia.


Caracas en el mes de Noviembre, 2011.

Taller de Edición Rocca, una empresa Colombiana dedicada a la publicación de titulos literarios de varios géneros, presenta su más reciente obra Marala, de la autora venezolana  Manuela Fonseca. Novela basada en una historia llena de aventura, pasion y misterio. Una trama que envuelve al lector a medida que pasan sus páginas y lo lleva en un viaje surreal donde el destino hace de las suyas y cambia el rumbo de las cosas de manera inesperada.

Marala  Bertrand decide hacer un viaje con motivo de estudios al pueblo de El Escondido al oeste de Venezuela. A partir de este momento comienzan a suceder una serie de hechos misteriosos que van transformando un viaje de estudios e investigación, en una aventura fascinante y la que marcará su vida para siempre.

Marala es una historia que demuestra con su narrativa que por más que queramos siempre escoger nuestro propio destino, hay ciertas cosas en la vida que debemos dejar ir, para que el verdadero plan maestro pueda llevarse a cabo. Una novela dedicada a aquellos que buscan al leer perderse en una historia de romance y aventura, con hechos mágicos y un toque de historia antigua que la llena de  sustancia que enamora al lector. Una novela ligera con un gran poder de entretener  y de transportar a un tiempo donde todavía vale la pena arriesgarlo todo por amor, y donde por sobre todas las cosas, el destino se encarga de estudiar las cartas antes de jugarlas, aunque muchos lo crean por pura cuestión del azar.


Contacto:
Email: manuelafonsecab@gmail.com 
Twitter: @mfonsecab



lunes, 31 de octubre de 2011

Angels and demons

Porque una virtud hay que cultivarla. Sea la que sea. Hay que descubrirla, mimarla, quizás concebirla hasta el punto de verla nacer, así entre los brazos, aunque duela. No se puede pasar la vida entera deseando tenerla, añorarla, y no hacer nada por buscarla y poseerla. No se puede desear la virtud ajena tampoco, ni el ingenio del vecino. Como codiciando el bien ajeno, eso que aprendimos desde pequeño es un pecado en la tabla de Moisés. No seria necesario. Hay una para que cada quien, porque todos somos iguales, aparentemente. Entonces a todos se nos da aunque permanezca oculta año tras año, en verano al igual que en invierno. Resulta a veces mas cómodo ignorar las cosas buenas por las que hay que trabajar para que así florezcan, y mas bien vivir en la mediocridad del cielo gris, de un clima templado, de una rutina cotidiana, de una vida vivida a pedacitos, a medias. Una que podría llevar cualquier nombre, o pintarse de cualquier color porque suele ser indiferente.

Las virtudes podrían llegar a ser lo mas personal que tenemos. Mas que los rasgos físicos, o el tono de voz. Mas que la estatura o la tendencia a ser gordos o flacos, altos o bajos. Cada virtud es como un sello imborrable hecho a la justa medida de quien lo lleva, de quien tiene la dicha de hacerlo suyo, de tatuarse. Presumiendo ante los demás con todo el derecho del mundo pero de manera humilde. Exprimiendo sus frutos. Usándola como herramienta para el propio bien, y primordialmente para el bien de los demás. Señores… es como un regalo de Dios, y hay que hacer de cada virtud algo real pero mágico. Así como decía Nietzsche: darle otro nombre, sacarla de la manada, apuntarla con el dedo porque es única y de nadie más. Entonces de esa virtud concebir la pasión o viceversa, como una semilla que se planta desde el origen del talento mismo y va creciendo junto con ella de manera paralela. Y va tomando fuerzas, se va desarrollando y se va fortaleciendo con el tiempo, y con la educación, pero más que todo con las experiencias de la vida, que como ya sabemos bien, son los maestros más sabios y duraderos.

Y la pasión cuando se usa bonito de la mano de una virtud, mas que un demonio se vuelve un Dios. Un creador neto que innova, que presenta alternativas, que llena huecos que habían estado vacíos por mucho tiempo. Que piensa en zapatos ajenos para luego actuar con los suyos bien amarrados, dejando huellas marcadas sobre la arena, siempre en libertad. Libre de amar, libre de pensamiento, pero por sobretodas las cosas libre de una inspiración ingenua que le permite crear cosas distintas, y a través de ellas, hacerlo diferente, sobresaliente del resto. Porque supo abrir los ojos y ver el mundo desde un foco más amplio, con todo lo bello que hay pero con sus necesidades también y sus miserias, y en medio de ese plano irónicamente casi perfecto, trabajó a través de su ingenio, de su virtud, su clarividencia ante el resto. Su propia luz.



If you have performed an act of great and disinterested virtue, conceal it; if you publish it, you will neither be believed here, nor rewarded hereafter. – CHARLES CALEB COLTON, Lacon