domingo, 8 de enero de 2012

All or nothing

Los verdaderos alpinistas tienen su propio vocabulario, así como lo tienen otras disciplinas en la vida. Sin embargo ellos llaman "the grip¨ o ¨feeling the grip" a ese preciso momento en el que no saben donde colocar el próximo pie, o la próxima mano… ese momento de absoluto desconcierto, de absoluta presencia. Un verdadero cocktail de miedo y frustración. Ese momento tan particular para aquellos que se arriesgan en la extremidad de las montañas más peligrosas del mundo, puede también relacionarse a la vida de cada quien, de los más cobardes y más comunes seres que habitan el planeta tierra. Es que al parecer, aquellos que toman los mayores riesgos pareciera que vinieran con una anatomía distinta. Otra manera de juntar y conectar los cables del cerebro, y así alterar la sinapsis que ocurre cada vez que se piensa, cada vez que se toma una decisión… y por supuesto, en cada momento que ponemos algo en riesgo, desde la mundana reputación hasta el propio pellejo.

Resulta ser que para aquellos alpinistas que tienen prácticamente toda la vida en eso, les resulta mucho más sencillo, digamos habitual, el tomar decisiones tan arriesgadas como «donde colocar el próximo pie». Para ellos es definitivamente una decisión de vida o muerte, como lo seria para cualquier otro mortal, simplemente alguien que no está preparado para ello, no se coloca en esa situación. Sin embargo todos somos iguales, y todos nacimos con ese ¨músculo del riesgo¨ impregnado en el cromosoma, con ese poder de fortalecerlo de alguna manera que nos habituemos poco a poco a tomar decisiones de riesgo comenzando por las más pequeñas hasta que prácticamente se nos congele el corazón, capaces de todo, ajenos a nuestra propia naturaleza. Como dicen un dicho ¨if you don´t use it, you lose it¨… se debilita, se atrofia. ¿Es acaso el riesgo algo que podemos entonces fortalecer con los años? ¿Con la practica, con las propias decisiones que tomamos dia tras dia?

Una cosa si es cierta que para el riesgo nunca es tarde, sobretodo cuando trata de decisiones personales en la vida de cada quien que hasta el momento siempre habían sido detonantes de miedo, de rechazo, de temor a las consecuencias. A no poder llevarlas a cabo como renunciar al trabajo, el decir ¨te amo¨ viendo a los ojos, o quizás lo contrario… el sincerarse con alguien cuando se ha perdido el amor. Dejar ir. El cambiar de ciudad, de preferencia sexual, de pareja. El querer ser artista en vez de economista, y músico en lugar de profesor. ¡Lanzarse al agua! Habituarse de esa manera y poco a poco a un ambiente fuera de confort. Uno que anteriormente estaba vetado por la angustia que acompaña los episodios de miedo. Irse acostumbrando poco a poco a ser quien uno es realmente, y la parte más difícil de todas, demostrárselo al resto del mundo a medida que nos vamos acoplando, Es un proceso, así como todo en la vida. Pero además de eso, es un gran riesgo que vale la pena tomar.



"A man would do nothing, if he waited until he could do it so well that no one would find fault with what he has done."
— Cardinal Newman
British Preacher (1801-1890)


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