jueves, 21 de octubre de 2010

with an icepick like Sharon Stone

Decidí entonces que era el momento de romper el hielo, así como dicen en mi lengua coloquial. Un dicho que seguramente tiene generaciones corriendo entre bocas, pero que pocos se han preguntado el porque del porque? ROMPER EL HIELO...  ¿y después que? me tomo un traguito con los pedazos sueltos y helados que quedaron regados sobre el mesón de madera, mientras me invento una conversación casual y vacía con el aburrimiento que acabo de conocer...

¿O el hielo es mas bien un frio sobrenombre que se le puso a la pena, y cuando este se rompe la pena se va? O fue acaso un elegante caballero de esos en blanco y negro que una noche sin luna vio a una dama en problemas y la quiso ayudar... y rompiendo un hielo pesado y frío entre su pañuelo de seda, evitó que la dama se ahogara y la viera morir.... mientras con mucha elegancia pronunciaba su nombre y daba a luz sin ser dama, al dicho que hoy por hoy decimos casualmente ... ¿rompiste el hielo?

Personalmente no se me hace nada sencillo.... para otros es cosa común ir paseándose mientras rompen hielo por aquí y por allá. ¿Sera que te conozco?... mucho gusto Martin Petricca... Tu cara se me hace muy conocida... Hola que tal ¿como te llamas?... Ay que pena, te confundí con Luciana Matalone... y asi, un sin numero de excusas baratas que sirvan como palito de hierro que lo pueda picar, asi mismo y sin ningún tipo de esfuerzo, como si el acto de romper el hielo se hubiese convertido en un simple hobbie o una especialidad académica...¨Estudie una maestría en Romper el Hielo¨.... ¿Yo? yo trabajo en The Ice Breaking Projects...  Mi nombre es Joaquín Cadenas, alias: el Rompehielo! .... ¿Pusiste el canal de Ice Breaking News?

Sin duda alguna no puedo considerarme parte del grupo de los Rompehielos... pero aja, aqui estoy con el pecho cuadrado armada de valor, poniendo letra tras letra con uno de esos palitos de hierro que a uno que otro logró asesinar. Y sin querer que este primer hielo les llene la boca como a la doña del cuento anterior, me despido brevemente hasta el próximo cuento, donde ya no haya hielo ni Sharon Stone.

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