martes, 4 de enero de 2011

Poeta vete de mí

Que delicia vivir en poesía, ser poeta y poderte enamorar. Que rico ahogarme en el mar de mis líneas y sentir el poder de mis letras revueltas entre mis labios. Que dicha inventar esos juegos absurdos con aquellas mis frases en donde te invito a jugar. Entonces dejas siempre aquello que haces por venir a verme, y sin quererlo terminas envuelto en ese mi juego de efímeras cosas, que luego son frases que te hablan de amor y te enloquecen. Que rico ver como pierdes en un juego que empieza a hacerse real en lugar de un pasatiempo. Que ricas mis palabras que a veces te enojan diciéndote cosas que no tienen sentido, para luego excusarme con eso que escribo. La misma que gusta de hacerte el amor. Entonces me inspiro en tu í con acento y te beso la boca con una vocal. Y recorro tu cuerpo en forma de ele, dejando mi huella por toda tu piel.


Que dicha encontrar el adjetivo perfecto que describa ese lugar prohibido, nuestro mundo compacto donde te quieras perder conmigo y para siempre. Que delicia pintarlo de llanuras silvestres y verdes colinas. Que perfecto manchar los verdes con cielos azules y aguas saladas que vienen y van. Que rico que sus días son siempre soleados, y los únicos besos se dan en la arena de manera fugaz. Y el negro oscuro se lo llevan las noches en que llueven estrellas cuando la luna se va. Y en ese lugar que es nuestro para siempre, me reinvento con palabras entre adjetivos verdes, azules y negros. Y te amarro con hilos rosa a mi piel mojada y morena, tostada por el sol, hasta hacerte preso del silencio de mis sueños.


Que dicha hacer siempre que cambies de ideas cuando muy ciertas estaban, y usar mis líneas como herramienta mortal. Escasas palabras. Y enredarte en un juego de versos que mi lengua escupe al azar en algo que llaman poesía. Un hechizo. Que delicia ser yo la que pone en orden aquellas mis letras de una manera tal que te llevo siempre conmigo aunque no pueda verte. Que placer poder emanciparme de aquello que no se dice y dejar paso libre entre mi cabeza y los dedos del pie que son diez. Que rico poder inventarme y reinventarme cada vez que quiero, amarte hasta quizás odiarte, y describir tus besos en varios idiomas que quieras saber después.  


Wine is bottled poetry. – Robert Louis Stevenson



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