martes, 25 de enero de 2011

Sabio alacrán


Estoy en la playa y hace frío esta mañana. Mas la arena cálida me invita a enterrar mis pies descalzos en ella y conectarme con el mundo, mi madre la tierra. Y al hacerlo sin siquiera pensarlo, siento un calor innato que sube por mis pies, mis caderas, mi abdomen y llega hasta la parte media de mi pecho, y me recibe allí en la unión sagrada entre tierra y agua, de donde realmente soy.

Sobre la arena escribo a mano en un cuaderno a rayas. Hace tiempo que no lo hacía. Hace tiempo que no esperaba que mis dedos largos persiguieran mis versos sobre el papel, dilatando mi mente siempre lista para lo que viene después. Tiempo que no me detenía a mirar como ha cambiado mi letra con los años, con todas esas palabras escritas que nunca se dijeron. Nunca jamás. Hace tiempo que no usaba una línea recta para tachar esas cosas que se quieren decir desde hace rato, pero que se quedaron como pedazos de pan atragantados en el centro de la garganta, como un nudo que nos regula el aire, que nos impide tragar.

Y de repente algo vino lentamente hacia mi como un animalito que se arrastra por la arena dejando su fina huella al pasar. Y al no reconocerlo a simple vista lo tome cuidadosamente en la palma de mi mano y lo acerque aun mas para examinarlo mejor. Aun así no sabia lo que era. Entonces me lo llevé al oído y allí lo escuché susurrar que era una ¨palabra¨. Una palabra distinta en camuflaje, que se había perdido alguna vez en la intemperie de la nada y ahora en esa playa inmensa y solitaria regresaba a mi. Arrastrándose por la arena buscando un lugar en el mundo en donde pertenecer porque originalmente era para ti. Mia en ese preciso momento porque la tenia entre mis manos, siendo tuya a la vez porque era para ti. Únicamente.

Entonces como de costumbre callé y por obra de magia la convertí en tinta negra y la hice presa de un papel y para siempre. Reconoció su casa en mi eterno silencio y volvió a ser libre sobre las olas del mar volando lejos muy lejos hasta que la perdí de vista en el vasto horizonte del mas allá. Cerré mi cuaderno, luego los ojos, enterré aun mas profundo los pies entre la arena blanca de la playa y me olvidé del mundo. Me olvide de esa palabra necia que tenia por decir desde hacía tanto tiempo. Me olvide también de lo que hablo, de aquello que suelo callar, y de todo lo que digo no queriéndolo decir. Algún dia tendré mi casita por aquí cerca.

Still waters run deep. – English proverb


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