sábado, 12 de febrero de 2011

Eyes wide shut






A través del balcón de mi piso estiré la mirada hacia lo hondo y logré atravesar ese muro de concreto pesado, esos ladrillos que me separaban de ella. Se sentaba a escribir por las noches y bebía una copa de vino tinto. Podía verlo a través del vidrio de mi habitación. Se mojaba los labios con el dulce néctar de la uva embriagante y comenzaba a escribir. Como si como por obra de magia se inyectara en sus venas el elixir de la sabiduría. Como si le llegaran las letras volando en un soplo de brisa fresca que entrara por la ventana. Y al saber que la estaba mirando empezara a coquetearme como creyendo actuar en una historia que al mismo tiempo comenzaba a escribir. ¿Era ella o era yo?

Y entre sus letras describía cosas que yo sabia. Como que alguien la veía a lo lejos pero sin saber quien. Como que el vino estaba maduro y el sabor se le hacia fuerte, y el tenerlo entre sus manos le daba poder. Y le abría ventanas de puro concreto y aquellas ventanas míticas que no se ven. Las que dejan entrar el aire puro mojado con lluvia de libertad. Entonces sabiendo su extraña condición de presa, comenzaba a mirarla aun mucho mas como queriendo saber su historia. Y de ese modo notaba que actuaba mejor y vivía cosas distintas, ajenas a mi pero pensando en mi, en que yo la estaba observando.  Una mujer que vivía la vida, que se hacía pasar por mi y que al mismo tiempo llevaba mi nombre.

Y es que esa es la historia de todos los días. Vemos, analizamos, comunicamos. Nos relacionamos. Contamos cuentos que son verdad y algunos que ni tanto. Porque si no lo hemos visto, es porque de alguna manera u otra lo vivimos, siendo protagonista o siendo espectador. O lo estamos soñando. Siempre siendo observados. Eternamente. Entonces el escenario se hace común, el de todos los días y para muchos dejamos de existir. No repiten esa obra. Y en ese momento preciso que se pierde una mirada cotidiana, es cuando aparece otra distinta que toma su lugar. Un nuevo espectador. Como si en este mundo hubiera cupo para solo algunos, aquellos que ven. Entonces aquel que era mio, ahora te ve a ti, y aquello que haces, las cosas que piensas y con quien estas esta noche de luna que crece. Quizás entonces si corro con suerte me cuente tu historia sin saber de donde. Sin tener que estar cerca para saber de ti. Sin tener que estar a tu lado para poder verte.


The observer, when he seems to himself to be observing a stone, is really, if physics is to be believed, observing the effects of the stone upon himself -  Bertrand Russell

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