martes, 17 de mayo de 2011

Mi creencia anti-faz


Cuanta energía perdemos a veces queriendo ganar. Ganar en absolutamente todo desde un simple juego de mesa en una tabla de cartón, hasta en los juegos mas profundos y complejos que nos ofrece la vida. Como cartas que se reparten en distintas manos, representando cada una distintos aspectos de la vida misma. Como un ser distinto que se apodera de ti y que lo llamaremos antifaz, que no se conforma mas que con la victoria, teniendo siempre la razón ante todo tipo de cuestión, ante cualquier pregunta, cualquier situación, cualquier acertijo. Una fuerza que nos coloca ese antifaz sobre los ojos, y nos impide ver mas allá con nuestros propios ojos, quizás aquel lugar sereno que tanto necesitamos, la verdadera respuesta que nunca llego. Saboteándonos de esa manera la vida misma que no es mas que la propia, convenciéndonos de nuestra habilidad fantástica de estar en lo cierto cada vez y para siempre.

Nos vestimos entonces de gala con prendas y tacones para de esa manera probar nuestro punto al resto de la humanidad, sin importar el precio que haya que pagar o a quien se lleva uno por delante. En ocasiones estamos en lo cierto, no digamos que no, que eso nunca pasa… sin embargo la actitud preponderante es siempre la misma, sin importar si en esa precisa ocasión estábamos o no en lo cierto. Es que estando ciegos por ese antifaz se hace difícil saber la diferencia. Y aunque probemos nuestro punto como el correcto… la victoria nos sabe amarga después de un rato mientras un gran vacío va tendiendo su carpa en lo mas profundo del corazón, en el abismo que empieza a tener el alma.

Dejándonos llevar por aquello falso simplemente para lucir bien ante el resto del mundo, como una mascara que colocamos para jugar un rol que lo es todo menos sincero. Sin embargo desaparece en la soledad de nuestra habitación. En la serenidad del silencio mismo volvemos a ser quien realmente somos, ajenos al contexto social.  Quizás el eliminar la mascara del todo no seria tan buena idea cuando somos seres sociales que tenemos la necesidad de interactuar los unos con los otros, la necesidad de amarnos, de cuidarnos, de velar por la seguridad los unos de los otros. De vivir en sociedad. Entonces la clave sea no intentar eliminar el antifaz por completo sino mas bien buscar la libertad propia aun llevándolo puesto. La que se siente rico cuando habita en el centro del pecho, animada por cada latido del corazón. Liberándonos así de lo que piensa la gente, del protocolo social. Porque a veces aunque tengamos la sala llena de gente dando gritos a la espera de nuestra propia función, nos sentimos inmensamente solos.

Liberando entonces la necesidad de defenderlo todo. Renunciando a la necesidad de convencer y persuadir. Podemos vivir tranquilos con nuestras propias creencias, adornados de nuestra propia fe sin probarle nada a nadie, sin vender mas tickets para mas funciones ni espectáculos. Quizás de esa manera se consiga ver mas claro recobrando la energía que una vez perdimos sin razón de ser. Sin duda alguna nada gana validez cuando se defiende, ni la pierde tampoco cuando no. 





If you are ashamed to stand by your colors, you had better seek another flag. 
 ~Author Unknown

No hay comentarios:

Publicar un comentario