martes, 16 de noviembre de 2010

Autor de mi






Intervenciones divinas. Así podríamos llamar a las cosas a las cuales no les encontramos explicación. Como cuando se escucha la clásica historia ¨no alcanzó a tomar el avión que nunca llegó a su destino¨. Mas que una historia, una simple razón espiritual de los misterios de la vida. Tristeza y decepción al saber que rechazaron la oferta de la casa de tus sueños, para luego conseguir una mas soñada, y a mejor precio. Ese trabajo para el cual tanto te entrenaste, se lo han dado a otro, para luego recibir días mas tarde, una propuesta de negocio propio. Millonario. Y así podríamos ir nombrando un sin numero de ejemplos ajenos y propios que muestran la presencia de alguna intervención divina, acróbata de circo. Bailarina que gira y gira acabando siempre en un emotivo aplauso.

Quizás esa intervención divina no era por ti, sino por alguien mas. Por alguien mas que necesitaba de ti, de tu mano, y que de no haber existido ¨tal¨ inconveniente, no hubieses sido capaz de calmar su llanto, de ver una vez mas su sonrisa. Salvando vidas. Siempre buscando sin saberlo, estar donde se tiene que estar. Hacer lo que se tiene que hacer. Estar con quien se tiene que estar. Siempre reafirmando y jugando unas cartas ya jugadas de un destino previamente escrito, oculto debajo de la almohada.

Inconvenientes. Así los creemos. Pensamos siempre que las cosas solo nos pasan a nosotros. Que es un mal dia. Que es culpa de aquel o de aquella. Del trafico que impacientemente cerró fuerte tus puños ante el volante y te hizo gritar. Que eres de mala leche. Que tu pie izquierdo se apresuró a tocar el suelo esa mañana maldita, en la que no sonó tu reloj. Que la vida es absurda, que tus rezos se los lleva el viento y terminan perdidos entre la niebla de la montaña. Que nadie te escucha, que tu suerte no cambia. Y así una tras otras, queriendo cerrar algunos días con llave y candado, cerrando a su vez los ojos del alma, hasta el dia después… a ver si la cosa cambia. A ver si se desvía el sentido de la brisa…  olvidando que el norte siempre es el norte en cualquier lugar del vasto mundo. Y que aunque sintamos que las cosas no cambian, que la deuda se alarga, que la enfermedad no mejora, que el amor tarda en volver, que el negocio esta lento, que los días de lluvia insisten en atrasar la cosecha que llenó tus manos de tierra, la intención se lanzó al universo y solo queda ser paciente y esperar bonito.

Mientras sin perspectiva alguna deseamos que alguien, mas que por juego, por azar, lance de nuevo la moneda al aire, suspirando adrede poder ver la cara que estaba oculta. Sabiendo que quizás limpiando el sucio y empañado vidrio de las gafas de carey, pueda ver todo mas claro, mas sencillo. Sabiendo que centrándome por un instante y callando mi mente inquieta y brusca, podría escuchar suavecito en mi oído izquierdo una voz divina, sabia, como del mas allá, que me asegurara que las cosas son así. Así mismo como han sucedido. Así de caóticas como a veces creemos que son.

Sin entender nada. Así es como quedamos al ver que las cosas por las cuales tanto hemos trabajado, no se nos dan. Frustrados, tristes, decepcionados. Sin saber en el fondo que todo estaba destinado a ser de la única forma como ha podido haber sido. Ignorantes ante el maestro del todo y de la nada. Ajenos a sus planes, a sus designios. Preguntándonos siempre ¿porque? Acaso ¿quien es ese señor? ¿quien es el atrevido que da ordenes en mi vida sin saber quien soy? ¿quien es el escritor que trabaja sin tregua en el guión de mi vida inventándose locuras, historias, personajes que viene y van, así de eternos como las olas del mar… ¿quien es el? Ese ser excepcionalmente creativo que dibuja mis cielos de azul, y me pinta sonrisas en días de lluvia? Quien es ese productor de cine que me regala el escenario perfecto y me entrega herramientas para llevar a cabo mi papel. Perfecto. Y si algo pasa, algún error, un inconveniente… me pregunto a veces si el director de mi vida se equivocó de rol. Para darme cuenta siempre que soy yo la terca y ociosa,  que a veces escondo un guión ajeno en lo mas profundo de mi bolsillo. Y lo leo atrás, tras bastidores. Para abandonarlo después. No me perteneces.



"Some luck lies in not getting what you thought you wanted but getting what you have, which once you have got it you may be smart enough to see is what you would have wanted had you known."
-Garrison Keillor


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