viernes, 1 de julio de 2011

Que todas las lunas sean de miel

¿Porqué razón desearle el mal a otra persona? alguien más que por la misma naturaleza es igual a uno aunque no lo creamos, aunque no podamos verlo sino a través del odio en una mirada oscura como la noche, o en una sonrisa oculta llena de rencor, con una consciencia embadurnada en ira. Enemigo de la vida misma.  ¿Qué podría ser tan fuerte? ¿Que cosa podría perturbarnos tanto que nos lleve a desafiar las creencias sembradas bien adentro? ¿Qué o quien nos puede llevar a  perdernos en el abismo de un mal deseo? Privándonos del sol de verano para estar bajo la lluvia como la gata,  ácida y permanente, que nos ahoga poco a poco en nuestro propio delirio, auto condenándonos, a solo un paso de una muerte consciente.

Tampoco hay necesidad de cegarnos ante la realidad del mundo, ni ser ingenuos. Esta muy claro que hay personas que parecieran no tener corazón, sin escrúpulos. Que andan por la vida como si nadie mas existiera, armándose un camino de gloria, llevándose a otros por delante, golpeando, amenazando, haciendo daño, rompiendo las paredes del propio corazón. Sin embargo, nada de lo que hagan es razón suficiente para igualarnos. Para bajar de ese peldaño en el que se encarama la persona honesta lleno de flores y alguito de paz. Aquellos que hacen daño no se merecen ni un solo deseo por mas malo que sea, ni un solo pensamiento. No son lo suficientemente importantes para darles ni un segundo del tiempo que sin duda es sagrado, ni un espacio en el camino, ni una sola palabra. Compasión.

Intentando cada día mas el mantenernos firmes, ecuánimes. Con la mente como una balanza que maneja el mismo peso en los dos extremos sin importar el insulto, la acción, o bien sea lo que suceda allá afuera, esas energías que nunca descansan. Es entender que somos juguetes de la misma naturaleza que nos trajo al mundo. De ese mismo misterio que no deja de existir y que nos pone a prueba constantemente, evaluando sin cesar nuestra propia evolución como sería natural, o si por el contrario nos vamos quedando inertes ante las oportunidades de crecer e irnos liberando en cada paso que damos. No podemos dudar que estamos aquí para eso. Para superar los estragos y contratiempos, para dominar nuestra mente de una manera tal que las debilidades de otro no nos perturben, sino mas bien nos fortalezcan, y en el mismo silencio interno demostrar que en muchas ocasiones es mejor no actuar, mucho menos reaccionar, sino permanecer indiferentes escuchando mas bien una brisa extraña que nos susurra al oído que es mejor dejarlo ir… sin duda alguna la manera mas humilde como se puede triunfar.

“You will not be punished for your anger, you will be punished by your anger.”
- Buddha

No hay comentarios:

Publicar un comentario